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Esta ruta, apta para todos los públicos, une las bonitas poblaciones de Béjar y Hervás y discurre por frondosos caminos bordeados de castaños, cerezos y otros árboles frutales. La primera mitad transita por el conocido como “Camino de los Paporros”. Se denomina Paporros a los oriundos de la pequeña población cacereña de “La Garganta” que tradicionalmente, cada lunes de Pentecostés, recorren a caballo el trayecto que une esta población con el santuario de “Nuestra Señora del Castañar”, patrona común de Béjar y La Garganta. Se trata de una fiesta de interés etnográfico.

CARACTERISTICAS

Tipo de ruta: Travesía.

Dificultad: Baja. Apta para todos los públicos

Desnivel : 200 m, en ascenso 700 m, en descenso

Tiempo empleado: 4,5 horas, incluidos descansos

Fuentes: Llano Alto, Corralejos, Corral de los Lobos y Hervás.

Refugios: No.

Distancia: 20,7 km.

Época del año: Todas, pero preferentemente primavera y otoño.

Mapas 1:25.000: IGN 553 -III Béjar; IGN 576 – I Tornavacas.

PUNTO DE INICIO

En la localidad de Béjar tomaremos la carretera que nos acerca al santuario de “Nuestra Señora del Castañar” prosiguiendo hasta el paraje de “Llano Alto”, en el que estacionaremos el vehículo. Si decidimos emprender el camino a pie desde la localidad de Béjar, habrá que añadir 4 kilómetros más a la totalidad del trayecto. Hay que tener la precaución de, previamente, dejar estacionado un segundo vehículo en el punto final de la ruta, la localidad de Hervás, para regresar al punto de partida.

DESCRIPCION

En el paraje de “Llano Alto”, punto de partida, hay una fuente junto al albergue de la Junta de Castilla y León, en la que podremos aprovisionarnos de agua. Emprenderemos la marcha en dirección sur por una camino bien señalizado, teniendo la precaución de desviarnos a la izquierda en la primera bifurcación (a unos escasos 200 m del punto de partida) ya que de lo contrario nos encaminaríamos al paraje de la “Peña de la Cruz”. El primer kilómetro y medio se hace muy cómodamente a través de una camino sin desnivel y rodeado de castaños y escobas. Llegaremos a un portillo que una vez cruzado debemos dejar bien cerrado. A partir de aquí la vegetación se vuelve más frondosa y el camino adquiere una ligera pendiente cómoda de subir. Aproximadamente un kilómetro y medio después llegaremos al Arroyo de las Palomas, que deberemos cruzar, y en el cual podremos hacer un pequeño descanso. Reemprenderemos camino por una pequeña pendiente, dejando a nuestra izquierda el “Cerro de Arrebatacapas” y un par de kilómetros más adelante cruzaremos el límite provincial de Salamanca y Cáceres. A nuestra izquierda quedará el embalse de la Fuen Santa, que retiene las aguas del río Cuerpo de Hombre y abastece de agua potable a multitud de pueblos de la comarca. Llegados a este punto la vegetación se vuelve más despejada y estará formada fundamentalmente por escobas. Tras 1,5 km más de subida en suave pendiente llegaremos al paraje de “Los Corralejos”, punto más alto de nuestro camino (1.361 msnm). Hay una fuente a unos 100 m, dentro del prado que queda a nuestra derecha, (dirección noroeste). Desde aquí hay una muy buena perspectiva de las dos vertientes, salmantina y extremeña, quedando en dirección suroeste el Valle del Ambroz. El siguiente kilómetro discurre por el “Cordel del Berrocal”, antigua calzada romana, hasta llegar a la intersección con la carretera autonómica que une las poblaciones de Candelario y Hervás. Atravesaremos la carretera para encontrarla nuevamente unos escasos 100 m más abajo y recorreremos unos 75 m por ella para abandonarla nuevamente en el paraje del “Corral de los Lobos”, en un cruce de camino de tierra a nuestra derecha. (Si queremos, aunque no queda en nuestro camino, podemos recorrer aproximadamente medio kilómetro por dicha carretera, en dirección a “La Garganta” y visitar un antiguo pozo de nieve muy bien conservado que data del siglo XVI. Dicho pozo, de 6 m de diámetro y más de 20 de profundidad, se empleaba para almacenar nieve durante el invierno y poder emplearla en la época estival). En el paraje del “Corral de los Lobos”, 200 m después de abandonar la carretera, encontraremos otra fuente en la que podremos reponer fuerzas. A partir de este punto el camino es menos visible, siempre en descenso, y rodeado de una densa vegetación. Los siguientes 2 kilómetros son muy agradables de recorrer, sobre todo si el día es caluroso. Cruzaremos el Arroyo del Valle y nos incorporaremos nuevamente a la carretera que abandonamos más arriba. Aquí finaliza la parte más vistosa de la ruta ya que, desgraciadamente, el antiguo camino de ganado se ha vuelto impracticable debido a la densa vegetación y a su poco uso. Nos restan por recorrer, aproximadamente, 10 km de cómoda y poco transitada carretera, rodeada de fincas repletas de castaños, cerezos y otros frutales, hasta llegar a Hervás. El camino no tiene pérdida. Será imperdonable que abandonemos Hervás sin haber visitado antes su muy bien conservado barrio judío.

OTROS DATOS

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